Cuéntanos un poco sobre ti
Me llamo Nuria, tengo 26 años y nací en Madrid. De padre belga y madre española, siempre he sido muy inquieta y curiosa. Me encanta viajar, el cine, hacer deporte y, ¡cómo no... comer! Soy una loca de la panadería, voy a todas partes con mi masa madre a cuestas y me encanta hacer pan para mis compis de piso (la verdad es que no se quejan... jeje). Soy un poco hiperactiva, no suelo parar mucho, aunque a veces creo que debería... La comida siempre ha jugado un papel muy importante en mi vida y me hace muy feliz, ya sea cocinando, comiendo, investigando o charlando sobre ella. ¡Llamadme rara, pero me encanta visitar los supermercados de otros países para ver los productos locales!
¿Por qué decidiste estudiar el grado en gastronomía y artes culinarias?
Como he comentado antes, siempre me he sentido atraída por el mundo de la gastronomía. Cuando de pequeña la gente me preguntaba por mis hobbies, yo siempre respondía que uno de ellos era comer. Más tarde, comencé a interesarme también por cocinar. Pero no me conformaba con seguir recetas, yo quería saber el porqué de cada paso para crear variaciones y para entender bien qué estaba haciendo. Siempre he tenido un gran interés por la ciencia. De hecho, estudié el grado de Física, pero una vez terminado me di cuenta de que me faltaba la parte más creativa y que mi pasión no era la Física, sino la cocina. Sin embargo, tampoco me veía trabajando en un restaurante toda mi vida. Por eso, cuando descubrí el Grado en Gastronomía y Artes Culinarias supe que ese sería mi siguiente paso. Cocina, pero a nivel universitario. Aprender sobre los ingredientes, pero también sobre economía, ciencia, marketing o psicología. Para alguien como yo, que andaba un poco perdida y que lo único que tenía claro era que no quería trabajar como física y que quería dedicarse a "algo relacionado con la alimentación", el Grado parecía una solución perfecta.
En tu TFG hablaste sobre el Desarrollo de aplicaciones gastronómicas con enzimas ¿Por qué elegiste este tema?
Desde que empecé el Grado tenía bastante claro que en mi TFG quería hablar sobre cocina, pero también sobre ciencia. Por eso, en tercero elegí la especialización de Desarrollo y Tecnología Alimentaria. En el último año tuvimos una charla en clase sobre aplicaciones de enzimas en la cocina y me pareció sorprendente. Previamente había trabajado mucho sobre panes y masas pero las enzimas eran algo totalmente desconocido para mi. ¡Nos mostraron algunas aplicaciones que parecían magia! Así que decidí que quería explorar este campo un poco más. Creo que en el futuro serán una herramienta fundamental para la reducción de aditivos en la industria pero también para realizar platos muy creativos en restaurantes (algunos como Mugaritz ya hacen uso de ellas).
¿Crees que la elección de la especialización en desarrollo y tecnología culinaria te ha ayudado en tu actual puesto de trabajo?
Desde luego. Durante la especialización tuvimos varios proyectos donde desarrollamos productos para empresas reales (retos), lo que supuso una aplicación práctica de todo lo que estábamos aprendiendo. Cuando hablé de esos retos durante mi proceso de selección, quedaron muy impresionados. También me ayudó mucho la experiencia adquirida durante las prácticas, que en mis últimos dos años realicé en el sector de la industria alimentaria.
Actualmente trabajas en Puratos, una de las empresas más innovadoras a nivel mundial en ingredientes de panadería, pastelería y chocolatería. ¿En qué consiste tu trabajo?
Estoy en el departamento de i+d de grasas, me asignaron un proyecto de innovación para sacar un producto nuevo y me dedico a hacer muchas pruebas para el desarrollo de prototipos, análisis de laboratorio, búsqueda bibliográfica pero también nos dan la opción de participar en catas para hacer análisis sensorial de otros proyectos. Es interesante porque estoy en contacto estrecho con otros departamentos, lo que me permite aprender aún más.
¿Qué retos has tenido que afrontar a la hora de desempeñar tus funciones actuales en Puratos?
El primer reto es adaptarse a trabajar en una empresa grande. Tiene sus ventajas en cuanto a recursos como maquinaria o el hecho de que puedes hablar con gente de departamentos muy variados por lo que siempre encuentras alguien que te puede ayudar o algún experto en algo concreto que quieres investigar. Pero también es verdad que muchas veces hay retrasos en pedidos o muchos procedimientos que hay que seguir y que en una empresa pequeña tardan menos. Al ser tan grande, hay ocasiones en las que tampoco está claro a quién acudir o a quién comunicar cada cosa, pero supongo que en unos meses también esto lo tendré más claro. En cuanto al trabajo en sí, creo que salimos bastante preparados/as del Grado y la verdad es que no he tenido muchas dificultades para adaptarme.
¿Qué consejo le darías a los alumnos y alumnas que quieren estudiar el Grado en Gastronomía y Ciencias Culinarias?
¡Que se lancen! Creo que es una oportunidad increíble, con muchas salidas y sobre todo, donde se disfruta y aprende mucho por el camino. Que aprovechen las prácticas para probar diferentes campos de la gastronomía y descubrir qué les gusta más y qué menos. Creo que es importante explorar un poco de todo y equivocarse, también para aprender qué es lo que no quieren hacer en el futuro. Que no tengan miedo y que no pierdan la ilusión por aprender más allá de lo que se da en clase. Hay un profesorado que estará encantado de satisfacer este entusiasmo. Pero por encima de todo, ¡disfrutad!