¿Cuál ha sido tu experiencia tras haber estudiado el Grado en Gastronomía y Artes Culinarias en Basque Culinary Center?
El Basque Culinary Center ha sido una fuente de inspiración y una dosis de realidad, tanto por la metodología de enseñanza como por el ambiente internacional, te permiten obtener una visión 360 grados del mundo de la gastronomía y de la gran cantidad de posibilidades que existen a su alrededor. El Baque Culinary Center es una forma de entender la gastronomía en todas sus vertientes, te da las herramientas para poder desenvolverte en cualquier ámbito y ser un perfil polivalente capaz de responder a los nuevos retos y necesidades que el mercado demanda.
¿Cómo llegaste a ser Product development manager del grupo Beer&Food?
“A fuego lento…” Tuve la oportunidad de desarrollar mi proyecto de fin de grado en Beer&Food, principal grupo de restauración multimarca en España y gran colaborador del grupo Heineken, durante el cual tenía que diseñar un nuevo modelo de franquicia y lanzarla al mercado. Los resultados fueron tan positivos que al finalizar el proyecto me hicieron una oferta de trabajo. Tres años más tarde y varios proyectos por delante llegué al puesto de Product Development Manager en el área de Heineken Licenses, siendo el responsable del desarrollo de varias marcas, entre las que se encuentran Gambrinus, Cruz Blanca y Official Irish Pub.
¿Qué retos has tenido que afrontar a la hora de desempeñar este cargo en Beer&Food? ¿Y cómo los has llevado a cabo?
Durante el tiempo que llevo en la empresa he tenido que reinventarme en varias ocasiones para adaptarme a los cambios y necesidades que se han ido dando. De esta manera, he ido nutriéndome y pasando por varios departamentos. En mi primera etapa, estuve en el área de Operaciones coordinado las aperturas y el día a día de los restaurantes; posteriormente, pasé al departamento de Marketing para el desarrollo de nuevos productos. Finalmente, me asenté en un área denominada Heineken Licenses encargada de controlar los restaurantes asociados del grupo cervecero en el que tengo el papel de desarrollar y actualizar las nuevas franquicias que saldrán al mercado, así como tener una labor de asesor gastronómico para todos los restaurantes que ya existen en la actualidad y que asciende a 343 locales.
Los retos han sido muchos y la filosofía que he tenido para afrontarlos ha sido poner en práctica lo aprendido en la universidad, no tener miedo de coger responsabilidades, siendo consciente de que nunca hay que dejar de aprender y reinventarse a uno mismo, que trabajando en equipo se llega más lejos y que con humildad, sentido común y ganas de hacer las cosas bien se puede conseguir todo lo que uno se propone.
¿Qué les dirías a los futuros alumnos de BCC sobre que la gastronomía no sólo puede desarrollarse dentro de una cocina, sino que hay mucho más?
Cada año tengo la oportunidad de ir al Basque Culinary a buscar nuevos perfiles que, al igual que yo en el pasado, estén interesados por introducirse en el sector de la restauración organizada. No puede evitar recordar cómo era yo cuando estaba en su posición y les diría que nunca dejen de soñar, que tengan la mente abierta y no se cierren puertas, que aprovechen su estancia en la universidad todo lo que puedan porque les va ofrecer una base muy sólida con la que empezar a desarrollar lo que seguro es una gran carrera profesional y que tenemos la suerte y responsabilidad de desarrollar la que será la gastronomía del futuro.
