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Experiencias

¡Nuestros alumni por el mundo!

Son muchos los alumnos que tras haber pasado por nuestras aulas y talleres, han encontrado diferentes oportunidades laborales y vivido experiencias únicas. Algunos han creado sus propios negocios, otros han encontrado empresas en las que desarrollar proyectos muy interesantes e incluso algunos han sido reconocidos en diversas competiciones gastronómicas.

Los logros de nuestros alumni, lo son también para Basque Culinary Center. Aquí podrás conocer algunas de las experiencias que están viviendo.


La experiencia de Maddi Echeverria

Grado en Gastronomía y Artes Culinarias

“En la sala adelantarte es fundamental, requiere mucha psicología, mucha práctica y tener los ojos muy abiertos.”

La experiencia de Maddi Echeverria

1. Antes de pasar por el Basque Culinary Center, te habías graduado en Ciencias Químicas ¿Qué te animó a hacer el Grado en Gastronomía y Artes Culinarias? 

 

Realmente, quienes me motivaron fueron un jefe que tenía y mi madre. Desde primero de carrera que trabajo en el sector, porque quería tener unos ingresos extra.Vi un anuncio en el aulario para un trabajo de verano y así fue como empecé. Desde ese primer verano, me encantó. El verano previo al Erasmus también estuve trabajando y a la vuelta me quedaban pocas asignaturas, así que lo seguí compaginando con el trabajo.  Yo estaba en mi último año de carrera y antes de final de curso, antes de ser licenciada, yo ya estaba trabajando en hostelería. Y al final llega ese momento en que estás terminando la carrera y te das cuenta que no te gusta, o que es una con la que no te ves trabajando los próximos años. Fue ahí cuando un jefe mío me dijo en un momento determinado: “Maddi, tienes actitud para la hostelería”. Yo no me lo había planteado nunca como profesión a largo plazo. A partir de ahí, empezamos a mirar diferentes opciones, pero ninguna me convencía. El Basque Culinary Center empezó en el año 2011 y a mi me pilló en Alemania. Recuerdo a todos mis familiares y amigos mandándome mensajes diciendo “Mira Maddi lo que han abierto en Donostia, a ti te encantaría” . Y  dos años más tarde, lo retomé. Al principio me interesó el Máster de Innovación y gestión de restaurantes, pero mi madre me animó a hacer el Grado. Yo creo que fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado.


 

2. Ahora eres parte del equipo de Akelarre ¿Qué retos os ha supuesto la incorporación del hotel? ¿Qué te ha aportado el BCC para afrontarlos?

 

Basque Culinary Center me ha aportado el no tener miedo a las aperturas.  Si hay una cosa que vemos aquí son muchos casos prácticos y reales. Todo lo vemos desde un punto de vista real, y cuando te ves ante una sala vacía y en un mes tienes que organizar dos comidas, gestionar un presupuesto, conseguir clientes y manejarlo todo, te das cuenta que eso no te lo da otra universidad. Además, yo colaboraba en el equipo de eventos  y esos son casos reales. Al final, esa experiencia hace que el día que te enfrentas a una apertura de cualquier establecimiento  no tengas demasiado miedo. Hay veces que dudas de ti misma, ya que  acabas de terminar la carrera, pero desde luego yo estoy muy feliz con la formación que obtuve.

 

3. Tienes una amplia experiencia en sala ¿Cómo crees que ha evolucionado el papel del personal de sala en la experiencia de cliente? 

 

En que cada vez nos estamos valorando más a nosotros mismos. Antaño, el que hacía de camarero era porque no tenía otra cosa. Esto lo he hablado mucho con mi madre.Ella tenía una tienda de fotos y nunca le ha gustado la hostelería. Yo le explicaba que las dos hacíamos lo mismo; vendíamos un producto. Ella vendía carretes y yo vendía platos. Al final cada uno se va especializando, la persona que está destinada a vender una serie de platos tiene que saber cómo se han hecho y quien vende fotos debe de saber cómo son las cámaras. Llega un momento en el cual la gente que está trabajando en esto quiere profesionalizarse y aprender más porque sabe que es algo que puede beneficiarle. Un servicio profesionalizado atrae más clientes.


 

4. El cliente de restauración está cada vez más informado y es más exigente. ¿Cuál crees que es la clave para generar una mejor química con los comensales y lograr que se sientan a gusto? 

 

Ser tú mismo. Realmente no hay fórmulas mágicas ni nada. De la misma manera que no todo el mundo vale para cocinero, porque no pueden aguantar ese estrés o no es algo que los motiva. A mí lo que me da esa motivación es la sala. Trato de ser natural, sonriendo y sabiendo leer al cliente. Cuando tú ves a alguien, sabes hasta qué punto puedes llegar y cómo empatizar. Por ejemplo, yo tenía un cliente en el bar que trabajaba antes y que según entraba por la puerta ya sabía que  tenía que preparar una copa de vino; de un tipo en concreto porque era el suyo. Él lo que agradece es que no tiene que pedir la copa, ya que se la estamos poniendo. Adelantarte es fundamental y requiere mucha psicología, mucha práctica y tener los ojos muy abiertos.


 

5. A partir del mes siguiente se impartirá un Curso Especialización de Sala y Atención al Cliente. ¿Qué le recomendarías a los profesionales de sala? 

 

Que sean fieles a ellos mismos. No todo el mundo vale para la alta gastronomía, pero todo el sector  necesita profesionales. No por querer estar en un tres estrellas Michelin serás feliz. En algún momento tienes que decidir, y tienes que ser fiel a eso. Si tienen su propio negocio, les recomendaría que apliquen todo lo que han aprendido y que cuando vayan a introducir a una persona al equipo  le ofrezcan una formación, que le expliquen lo que es la filosofía de la empresa, los objetivos para que los nuevos se empapen de eso y se lo sepan transmitir al cliente. Al final, es la manera en la que va a volver. Un fallo de cocina, un buen servicio de sala lo puede arreglar. Un mal servicio de sala, una buena cocina a veces no lo puede arreglar.